viernes, 15 de julio de 2016

INTRODUCCIÓN


El cáncer de cabeza y cuello representa hasta 5% de todos los tumores malignos. La identificación de metástasis en los ganglios linfáticos regionales es la clave para conocer el estado, la evolución y el pronóstico de estos tumores. La identificación de los ganglios linfáticos cervicales representa uno de los retos radiológicos, ya que la mayoría de los especialistas no tienen suficiente conocimiento acerca de la anatomía de cabeza y cuello, además de no estar familiarizados con el uso de la clasificación ganglionar, la cual es de gran importancia en la evaluación de la patología de cuello. Las técnicas de imagen incrementan la precisión hasta en 85% para la identificación de adenopatías cervicales en un número significativo de pacientes con cáncer de cabeza y cuello que no presentan adenopatías en la exploración física. Una vez que un ganglio cervical es identificado en un procedimiento de diagnóstico por imagen, el radiólogo debe describir sus características morfológicas, determinar su localización y emplear la nomenclatura adecuada para referir los hallazgos, y de esta manera orientar al clínico acerca de su compromiso patológico. En este artículo se ejemplifican los niveles ganglionares por TC. La administración de contraste intravenoso aumenta la sensibilidad de la tomografía computarizada para el agrandamiento de los ganglios linfáticos cervicales, pero requiere un conocimiento detallado de la anatomía del cuello, sobre todo con el fin de distinguir ciertos vasos normales de grupos nodales complicados. A lo largo de la cadena ganglionar cervical, se analizan las relaciones entre las glándulas parótidas y salivales submandibulares, las venas faciales posterior y anterior y la arteria facial. El músculo digástrico se define como un punto de referencia de transición entre el cuello y los nódulos linfáticos cervicales profundos. A lo largo de la cadena cervical profunda, se hace hincapié en la vena yugular interna, su variabilidad en el tamaño, y sus relaciones con el escaleno anterior y los músculos omohioideos.Ya que la mayoría de los tumores de cabeza y cuello se propagan a los ganglios del cuello, como parte de su historia natural. Dependiendo del sitio primario, hasta el 80% de los pacientes con tumores malignos de la mucosa aerodigestiva superior tendrá metástasis ganglionar cervical en la presentación. La aparición de metástasis ganglionar tiene un profundo efecto en el tratamiento y el pronóstico de estos pacientes. Las metástasis ganglionares cervicales son, por tanto, un problema clínico muy común. Los radiólogos deben estar familiarizados con el sistema de clasificación de nivel simplificado utilizado actualmente por los cirujanos de cabeza y cuello y patólogos que utilizan el mismo sistema cuando se informe sobre la participación de los ganglios cervicales en las muestras de disección radical de cuello.Sin importar el tipo de imagen elegido, los ganglios linfáticos del cuello deben ser considerados para albergar metástasis si se cumple cualquiera de los criterios siguientes:

Presencia de masa mal definida en región cervical antero-lateral derecha.  Nódulo de más de 1 cm (o > 1,5 cm en la zona yugulodigástrica)

  • Nódulo de más de 1 cm (o > 1,5 cm en la zona yugulodigástrica)
  • Nódulo redondo en lugar de ovalado
  • Sugerente atenuación central o periférica interno de necrosis
  • Masa mal definida en la zona nodular de soporte de la linfa
  • La combinación de bordes mal definidos y la pérdida de plano entre la masa y estructuras del cuello adyacentes normales
  • Ganglio retrofaríngeo más de 1 cm
  • Extensión extracapsular


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